Entrevista en la Escuela Manuel Agustín Aguirre sobre la historia de la gripe española

Entrevista en la Escuela Manuel Agustín Aguirre sobre la historia de la gripe española

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Entrevista de la periodista Dayana León al académico e historiador Germán Rodas Chaves sobre la gripe española, realizada el 05 de abril de 2020.

A propósito de la emergencia sanitaria ante la propagación del coronavirus: una pandemia de alcance mundial, se dialogó con el académico de historiador Germán Rodas Chaves,  autor del libro: “Pensamiento Médico. El liberalismo radical y la Revolución Juliana. Trazos de la figura de Isidro Ayora”; y uno de los investigadores más relevantes sobre el desarrollo del pensamiento médico del siglo XX.

¿Cuál fue el origen de la gripe española?

La gripe española no debiera llamarse así. Voy a explicar primero dónde aparece: fue en Kansas, exactamente en el condado de Haskell, Estados Unidos, habitado por granjeros que entregaban sus productos a un campamento militar muy cercano, que en un momento determinado fue contaminado, porque esa gripe es porcina. La primera persona contaminada en ese campamento militar se llamó  Albert Gitchell.

Desgraciadamente estaban reunidos en un momento específico, previo a que esos soldados fueran embarcados hacia Europa, que se hallaba en plena Guerra Mundial, si bien estaban al final, se transportaron las tropas, llegaron a la confrontación bélica ya enfermos. Allí se difumina la gripe española.

¿Por qué se llamó “gripe española” y cuáles fueron sus principales características?

Porque los españoles históricamente no habían ingresado a la confrontación mundial, aparentemente ellos decían que eran neutrales –ese es un tema distinto-, pero dieron cuenta de la importancia de la enfermedad, cómo se iba propagando en Europa y en su propio territorio. Como la información fue muy abundante en la prensa española, la gente y evidentemente algunos interesados, le llamaron la gripe española.

Fue una pandemia de tal naturaleza que cobró en el mundo no menos de 50 millones, hay cifras que van mucho más allá; y se dice que por lo menos 350 millones de personas fueron infectadas. Se plantea que por lo menos el 25% de la población mundial estuvo afectada por la mal llamada “gripe española”. Si deberíamos hacer una corrección a nivel de la historia, esta debería llamarse la “gripe de Kansas”.

En este contexto histórico de la “gripe española”, ¿cómo llega a Ecuador y específicamente a Quito?

Cuando se conoce precisamente por los medios de comunicación españoles, entre otros, el ABC, y también alguna prensa norteamericana; los medios de comunicación ecuatorianos en 1918 alrededor de julio-agosto comienzan a informar que hay una gripe que va a llegar a América, porque también se infectaron de manera importante territorios norteamericanos y la gripe se inició allí, comenzó a migrar hacia el continente. Entonces en Ecuador, a través de los medios de comunicación, fueron enterándose que había una gripe que avanzaba hacia el país. Allí, en ese momento, el presidente Alfredo Baquerizo Moreno, quien gobernaba, le pide al Ministro del Interior y Sanidad, José María Ayora que tome precauciones porque esa gripe va a llegar. De tal manera, que comienzan a actuar con una visión profiláctica pero muy oportuna; y, la casualidad, que el hermano del Ministro era Isidro Ayora, en ese entonces Decano de la Facultad de Medicina y le encargan a él preparar un plan y una gestión pública con el objetivo de alertar a la población que llegaba la gripe. Así llegó, exactamente a Guayaquil cuando todos esperaban que llegara a otro lugar, y ocurrió el 13 de diciembre de 1918. Pero para entonces ya estaban alertados los ciudadanos y el Ecuador en su conjunto. ¿Cómo los alertaron? A través de algo que lo llamaron: “Cartilla de la Gripe Española”, editada en 1918 por la Imprenta Nacional, donde le dicen a la población estos son los comportamientos elementales que deben ponerse en marcha.

La gripe española contaminó en Ecuador alrededor de 15.080 personas y provocó 185 defunciones.

¿Cuáles fueron los materiales informativos difundidos y su contenido esencial?

La Cartilla fue con una visión de entregarle a la población, y evidentemente a los médicos, a grupos sociales importantes. No olvidemos que era un país pequeño y pudo llegar significativamente. Pero hay algo adicional, con prontitud elaboraron un afiche que ponía recomendaciones de la Subdirección de Sanidad que circuló en todo el país. Se colocaron en las farmacias, en las esquinas de la ciudad, en las puertas de los templos, con datos muy concretos. Por ejemplo, decía: “como la gripe se propaga por medio de gotitas que se esparcen desde la nariz y la garganta, usted para toser y estornudar, cúbrase la boca y la nariz con un pañuelo; tos, propaga por contacto, por tanto, evite las aglomeraciones…” Estos documentos aparecieron entre octubre y noviembre, exactamente, es decir mucho tiempo antes de que llegara la gripe el 13 de diciembre de 2018 a Guayaquil. ¿Cómo llegó? En una corta pequeña embarcación que llega desde uno de los puertos del Perú, con tripulación enferma. 

En su investigación resalta el rol de Isidro Ayora en la circunstancia epidémica de la “gripe española”…

Ayora había tomado algunas previsiones: primero, los médicos estaban alertados y obligados a poner en sus casas una identificación, una bandera blanca, donde decía “MÉDICO”. Entonces la gente concurría y allí registraban al enfermo y él inmediatamente ordenaba que se cierre el círculo al enfermo y a su núcleo familiar.  Es decir, una norma epidemiológica importante. Eso dentro de un esquema de higienismo público.

Sobre este tema, Usted en su libro demuestra la hipótesis que Ayora se convirtió en el verdadero fundador de la salud pública en el país…

El pensamiento de Isidro Ayora es un pensamiento de higienismo público, yo lo he denominado de tercer grado: el primer grado en el periodo liberal clásico de 1895-1912, de segundo grado de 1912-1918 y el de tercer grado en el año 1918 con Ayora, que luego se graduará de epidemiólogo cuando ejerce el poder y fundará la concepción de la salud pública. Es el precursor de la salud pública en Ecuador.

Eugenio espejo es un precursor del higienismo. No nos olvidemos que en el periodo conservador lo que hay es un asistencialismo y Alfaro en un primer momento rompe esta conducta mediante el asistencialismo público.

¿Por qué las crisis epidemiológicas deben tener una mirada integral en las sociedades desde lo económico, social y cultural?

Los conflictos de la salud-enfermedad y la ruptura de esa relación, tienen elementos culturales, sociales y económicos. Si miramos el contexto, de hecho, hay una afectación a los comportamientos económicos, sociales y culturales. Esto ocurrió con la “gripe española”, se devastaron ciudades completas, murió mucha gente, la crisis económica que ya había producido la Guerra de 1914 – 1918 se vio afectada de mayor manera y con mayor intensidad por este fenómeno. Y la crisis económica se extendió durante mucho tiempo.

La crisis económica se extendió durante mucho tiempo. Fue uno de los factores para dos elementos: uno, para que la guerra concluyera, si bien se estaba negociando la paz en 1918, esto precipitó porque los soldados estaban en los campos de batalla muertos, los norteamericanos, los alemanes, los rusos… pero contribuyó en el tiempo también para la grave situación de economía que luego dio apertura al famoso Crack del 29.

Nosotros también estamos viviendo, por estas mismas circunstancias, digo en el mundo y obviamente los ecuatorianos, una situación de crisis económica; si bien hay que enfrentar la pandemia, hay que tener una mirada global sobre los conflictos económicos, sociales; y el Estado para que cumpla el rol de salud pública, hablando con el conjunto de la sociedad sus prioridades fundamentales de vida, entre ellas, destinar todos los recursos económicos posibles a atender los sectores vulnerables y pensar con mirada medianamente objetiva sobre las atenciones inmediatas que hay que producir, para que los empresarios no quiebren, para que los sectores más vulnerables no se vean afectados, para que los sectores industriales sigan trabajando, pero sobretodo, para que la gente, los humildes, los trabajadores del pueblo no queden ni en el desempleo ni al margen de la realidad económica del país. Este es un contexto que solamente permite mirar a la salud y a la enfermedad como un hecho que expresa las características de una sociedad determinada en un momento histórico específico.

Actualmente en la gestión de la emergencia por el COVID 19 se ha difundido el slogan #QuédateEnCasa. Si se compara históricamente, ¿qué rol ha desempeñado la participación de la ciudadanía y la organización civil de la sociedad en estas circunstancias epidémicas?

Cuando la sociedad civil participa de las normas y directrices respecto de las formas para enfrentar una pandemia, ese momento en el que se produce el clic entre la norma pública y la sociedad, eso se llama salud pública. De tal manera, que Ayora no pudo hacer aquello porque todavía la sociedad civil se mantenía un tanto distante, pero el clic lo hicieron luego en la Revolución Juliana por una serie de normas que él dictó como Presidente y con la participación de la sociedad.

¿Cómo se analizaría históricamente al coronavirus de forma comparativa con la “gripe española”?

Si hablamos de la historia, deberíamos hacer un estudio comparativo entre la “gripe de Kansas” y la “gripe de Wuhan”, ojalá haya tiempo para aquello. En el libro “Pensamiento Médico. El liberalismo radical y la Revolución Juliana. Trazos de la figura de Isidro Ayora”, que he trabajado, está la foto de Isidro Ayora con la camilla al frente.

Cuando se habla del pensamiento médico ecuatoriano, Ayora es un punto de inflexión en el siglo XX entre un antes y un después, para atender el conflicto salud-enfermedad; pero para entender como conflicto y no para entender como un efecto disgregado: o la salud o la enfermedad. Esta es una especie de unidad dialéctica salud-enfermedad que se quebrantó por las causas que he señalado.