Antecedentes del 9 de julio de 1925
Devenir. El período juliano dio paso a los regímenes de Isidro Ayora.

Antecedentes del 9 de julio de 1925

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Artículos
JUL, 07, 2013

Germán Rodas Chaves

Publicado en La Hora: https://lahora.com.ec/noticia/1101530549/home

Desde luego que la posesión de Gonzalo Córdova, el 1 de septiembre de 1924, como Presidente del Ecuador –luego de imponerse con el entonces tradicional mecanismo del fraude electoral a las candidaturas adversarias de Jacinto Jijón y de Juan Manuel Lasso– propició un ambiente nada favorable para el nuevo mandatario que, paulatinamente, perdió toda base social de sustentación, a propósito de un manejo inescrupuloso de la economía nacional, debido a las ausencias –a causa de sus enfermedades– del poder real y como consecuencia de las corruptelas suscitadas en el entorno del régimen.
No obstante, si bien lo afirmado en líneas precedentes constituyeron factores para que se precipitara la caída de Córdova, no es posible dejar de lado un antecedente estructural de fondo.


La masacre de Guayaquil, ocurrida el 15 de noviembre de 1922, mediante la cual se pretendió sepultar los inicios de la lucha obrera en el país, había lacerado la conciencia nacional. Los jóvenes, los núcleos de intelectuales, el movimiento sindical y artesanal, la oficialidad del Ejército, los sectores medios de la población, sabían que si no se levantaban a tiempo las banderas de la dignidad, otros eventos similares a los de 1922 podían repetirse en medio de una sociedad atravesada por la crisis estructural que, entonces, favorecía principalmente a grupos económicos vinculados con la banca.


En este contexto, y a contrapelo, fue desarrollándose el espacio receptor de la influencia proveniente de las nuevas ideas políticas y sociales que proponían la importancia de la lucha social y de los sectores populares. Adicionalmente, los sucesos de 1917, con la Revolución Rusa, y la influencia de la Revolución Mexicana contribuyeron a dejar huellas para que el pensamiento político ecuatoriano optara por articular nuevos paradigmas sociales, en cuyo contexto las ideas de equidad, justicia y cambio formaron parte de los afanes de modificación de la estructura ecuatoriana.


Las ideas progresistas, nacionalistas y de transformación social también repercutieron en las Fuerzas Armadas, cuya histórica base social popular se identificó prontamente con los “vientos de cambio” que habían emergido en el país.


De esta manera deben entenderse los sucesos del 9 de julio de 1925, cuando la oficialidad joven depuso a Córdova –cerrando el ciclo del liberalismo– y originó un nuevo periodo histórico que concluyó en 1931.


La ‘liga de militares’ jóvenes del 9 de julio, que fue el artífice de la Revolución Juliana, representó las aspiraciones de fundamentales sectores de la sociedad y tuvo como finalidad modernizar el Estado. Fueron ellos quienes forjaron el periodo juliano, que luego devendría en dos gobiernos provisionales y, además, en los regímenes de Isidro Ayora.


Tal movimiento militar debe ser considerado como el antecedente fundamental del periodo juliano, en cuyo entorno las figuras del coronel Luis Telmo Paz y Miño, del sargento mayor Carlos Guerrero, del capitán Emilio Valdiviezo, del subteniente Ángel Bonilla, del teniente Federico Struve, entre otros, deben ser rescatadas, pues fueron pioneros de un periodo de enorme trascendencia para la vida del país.